Esta transformación conlleva una significativa pérdida de derechos laborales, incluyendo los aportes previsionales jubilatorios, la obra social, y licencias como las de maternidad o por estrés. Además, la jornada laboral podría aumentar a casi 80 horas semanales. El médico sostiene que esta medida tendrá un impacto negativo en la salud pública de conjunto. La precarización no solo afecta a los médicos, sino a todo el equipo de salud que es fundamental para la atención de pacientes, como bioquímicos, farmacéuticos, kinesiólogos, trabajadores sociales, psicólogos, administrativos, camilleros, enfermeras y técnicos de rayos.

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