La Convención Internacional de los Derechos del Niño, en su artículo 12, dice que todo niño tiene derecho a ser
escuchado.
En el libro Escuchar las infancias Miguel Tollo dice “escuchar es alojar una singularidad en una mutualidad
intersubjetiva capaz de recrear lo que parece repetirse, entusiasmar lo que empalidece el vivir y también brindar un bálsamo al sufrimiento”.
La posibilidad de escuchar es pensar al otro como un sujeto que puede estar sufriendo y puede no saber cómo
decirlo. También quizás pueda no saber qué hacer con ese sufrimiento ni cómo entenderlo.